viernes, 12 de agosto de 2022

Calladitos estarían más monos

Por circunstancias del destino, las dos entradas de hoy tienen en común el uso del lenguaje que hace la izquierda en España, poco afortunado en cuanto a las expresiones que emplea.

Hace un par de meses, el fin -hasta el momento- de la carrera política de Mónica Oltra estaba próximo, aunque tanto ella como su partido se negaban a admitirlo. Recapitulemos.

El que fuera marido de la susodicha había estado a cargo, creo, de unos centros de atención a menores. En uno de ellos había abusado sexualmente de una de las menores tuteladas. En fin, aunque de izquierdas, el marido de la Oltra es un varón y, como tal (desde la óptica feminazi), un ser despreciable que se mueve siempre por los más bajos instintos -bueno, o los instintos a una altura media- y que siempre, siempre, es culpable.

Por aquello de la sororidad, el hermana yo sí te creo y demás pamemas feminazis, uno podría pensar que Monina Oltra habría prestado oídos a la denuncia realizada por la menor y hecho que todo el peso de la ira mujeril cayese sobre el vil varón que había mancillado la libertad de la menor.

Pero ¡quiá!, parece que pudieron más los rescoldos de la pasión que un día compartiera con el abusador y, además de encubrirle, se dedicó a hacer la vida imposible a la denunciante, buscando desacreditar sus acusaciones.

Ya termino. Acusada de encubrimiento, y negándose a dimitir -además de proclamar que todo era una cacería política y lindezas semejantes, algo de lo que ella debe saber bastante, habida cuenta del calvario al que sometió a Rita Barberá por bastante menos-, su partido político cerró filas en torno a ella -algo que requiere de bastante gente, dado el orondo contorno de la susodicha- y proclamó que si nos tocan a uno, nos tocan a todos.

Supongo que mis lectores estarán de acuerdo que, dada la naturaleza del delito que se traía entre manos el que fuera marido de la repetida política, quizá no fuera la frase hecha más acertada.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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