Extremistas de uno y otro signo tienden a criticar a Su Majestad el Rey don Felipe VI, a quien Dios guarde muchos años.
Según los rojos, no es de recibo que la
jefatura del Estado la ostente una persona que la ha recibido por herencia; olvidan
que es también alguien que ha sido educado -y, en el caso del actual Jefe del
Estado español, diría que muy bien educado- para desempeñar tal labor.
Según los antirrojos, Su Majestad
sería una especie de pelele bueno para nada, un títere de los poderes
globalistas ocultos, o un colaborador cuasinecesario en la tarea del psicópata
y sus cómplices en la tarea de destruir España; olvidan estos que las funciones
y poderes del Rey en la esfera pública están muy tasados y limitados, que muchas
de las cosas que hace las hace por obligación (como firmar la inconstitucional
ley de bajada de pantalones, por ejemplo) y que no todos tiene un espíritu tan
heroico como el de Balduino de Bélgica (por poner un ejemplo).
Pero hace diez días tuvimos dos ejemplos de
para qué sirve la Corona. Porque los medios progubernamentales marroquíes -en
la práctica, todos- criticaron la presencia de Su Alteza Real la Princesa Leonor en Ceuta, a la que denominaron ciudad ocupada (para ocupado,
el territorio de la antigua provincia española -porque eso eran tanto el Sáhara
como Guinea, provincias, dado que España jamás ha tenido colonias- del Sáhara
Occidental).
Casi al mismo tiempo, la visita de Sus
Majestades los Reyes al monasterio de Montserrat, con motivo de su milenario,
provocó la airada reacción del secesionismo, que acusó al abad de botifler,
es decir, de traidor a los intereses de Cataluña y colaboracionista con el
gobierno español.
Es decir, que la Corona jode a los enemigos de España. Sólo estando ahí.
P.D.: Le pido a Grok una imagen de la familia real española y me saca ésto (la otra era todavía peor). ¿De dónde demonios se ha sacado a esos dos niños?
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