En el pecado hay dos caras: el que tienta y el que cae en la tentación. Y tan condenable es uno como otro.
Ahora bien, hay quienes prefieren poner el acento en sólo uno de los lados, disculpando al otro… sobre todo cuando ese otro es, más o menos, de su cuerda. Y eso es lo que ha pasado con los casos de corrupción que se han destapado en relación con el PSOE -hoy no hablo de otra cosa- y los neocom: que ponen el acento en castigar a las empresas por la corrupción en las obras públicas que amañan los políticos. A ver si se comportaban igual en caso de ser políticos de derechas los implicados.
Y no, el título de esta entrada no tiene ninguna errata.
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