Visto que se encuentran en la ruina
–no se me ocurre otra razón, dejando aparte la proverbial inquina anticlerical
de la izmierda española, sobre todo
cuando se les agotan las demás consignas ideológicas-, la Junta de Andalucía
vuelve a dar la matraca con el asunto de la Catedral de Córdoba, antigua
mezquita y –esto suelen olvidarlo convenientemente- más antigua aún iglesia
católica.
Muestra palpable de lo que ellos
llaman afán de diálogo, dan al
cabildo un plazo de tres meses para plegarse a sus exigencias de cogestión (que supongo que en su léxico
significa nosotros decidimos, vosotros
decís amén, que para eso sois iglesia, y nosotros nos llevamos la pasta),
bajo amenaza de proceder a la expropiación si vencido ese plazo no se ha
llegado a un acuerdo.
Otra muestra de lo que entienden por diálogo son los modos y maneras con las
que han acudido a la reunión: el deán catedralicio habla de tensión y actitudes agresivas. Cosa lógica, por otra parte: cuando alguien
intenta arrebatarte algo que es tuyo desde hace ochocientos años (que se dice
pronto), ese alguien no merece otro calificativo que el de ladrón, y todos saben que esos facinerosos no gastan lo que se dice
buenos modales.
Para remate, y aplicando la doctrina Mafalda, basta con ver quiénes
felicitan a la Junta: nada menos que la ISESCO, la Unesco musulmana. Dejando
aparte otras consideraciones, mucho decir que el Islam es una religión
tolerante y todo eso, pero a la que te descuidas montan su propia versión
musulmana de lo que se tercie, ya sea la Unesco o la Cruz Roja Internacional.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario