Estamos tan acostumbrados en España a
la politización de la Justicia, a que –como dijo Conde-Pumpido- las togas se
manchen con el polvo del camino, al pasteleo en materia de terrorismo, en suma,
que cuando saltó la noticia de que el Tribunal Supremo debatiría la acumulación
de condenas en tribunales extranjeros a terroristas, a nadie le sorprendió el
que las opiniones, no debiendo estarlo, se encontraran divididas.
Sin embargo, lo que sí sorprendió –al menos,
al que escribe estas líneas- fue el hecho de que el resultado de la votación
fuera rechazar la acumulación de condenas –lo que habría beneficiado a los asesinos
y sus compinches-, y no por una mayoría por la mínima, sino con una cierta
holgura.
Bien por el Supremo, por una vez…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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