Pensaba que los círculos del partido de Junior
habían alcanzado el extremo de la ridiculez cuando se metieron en materia
militar. Al modo de Gila, prácticamente proponían que la guerra se entablara (o
no) por votación, al estilo de ¿Es el
enemigo? Pues espérese, que estamos decidiendo si luchamos o no.
Sin embargo, siempre hay tiempo para
una estupidez más. Con el lema de que todo
lo decidimos los ciudadanos (como son tan progres, uno no sabe si es que se
han olvidado de mencionar a las ciudadanas
o es que éstas no deciden), el círculo hispalense se ha descolgado con el
planteamiento de prohibir la Semana Santa en la ciudad del Betis.
Dejando aparte que no tendrían los
redaños suficientes para hacer una propuesta equivalente en relación con el
ramadán, es otra muestra más de su ignorancia en materia económica. Porque la
Semana Santa no es únicamente una expresión pública de un sentimiento
religioso. Es también una importante fuente de ingresos para aquellas ciudades
en las que se celebran procesiones, pues las constituyen un buen reclamo para
el turismo, ya sea religioso o aconfesional.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario