La última mamarrachada proveniente del
gremio feminazi se ha originado nada
menos que en el Consejo General del Poder Judicial, una de cuyos miembros (la
presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del mismo) ha
afirmado, sin el menor empacho, que el piropo debe ser erradicado aunque sea bonito y agradable, porque supone una invasión a la intimidad de la
mujer.
Es decir, que esta señora pretende
eliminar sólo los cumplidos dirigidos a las mujeres (no especifica, pero cabe
suponer que es indiferente que sean emitidos por un varón heterosexual o por
una lesbiana), pero no dice nada de los dirigidos a los varones (tampoco queda
claro si sólo los dichos por las mujeres o también los que lancen los gays); quizá
es porque los hombres no tenemos intimidad, o puede que sea porque el hecho de
que nos la invadan no es criticable.
Claro, que viendo a la interfecta,
quizá todo venga provocado por la envidia. No parece tener mal tipo, es rubia y
no es que sea fea, pero tiene un apéndice nasal y unos labios un poco demasiado
grandes, por lo que es probable que, al igual que en La vida de Brian, el apelativo que más haya escuchado haya sido el
de narizotas.
Y si ese apelativo hace que la susodicha me incluya en el grupo de los machistas, le respondo lo mismo que respondí cuando me dijeron que llamar hijo de la gran puta a Rodríguez era insultarle: que me limito a ser descriptivo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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