Hacía tiempo que no leía una novela de
Grisham (las de Theodore Boone no
cuentan), y me ha gustado volver a hacerlo. El abogado sureño quizá no pase a
la historia de la Literatura como uno de los grandes renovadores de la novela
norteamericana de finales del siglo XX y principios del XXI, pero sus historias
entretienen, y no se hacen para nada largas aunque superen (como en este caso)
holgadamente el medio millar de páginas.
Sycamore Row (tal es el título original, mucho
menos revelador –pero mucho más trascendente, como se descubre en las últimas
páginas- que el de la edición española) es una continuación (en cierto modo) de
Tiempo de matar, la primera novela de
Grisham. Y resulta imposible no imaginarse a los personajes que aparecían en
aquélla con los rostros de Matthew McConaughey o Donald Sutherland (el
personaje de Kevin Spacey tiene una breve aunque llamativa intervención).
Grisham logra atrapar al lector con
dos interrogantes: qué razones tuvo el personaje de Seth Hubbard para testar
como lo hizo, y cómo conseguirá Jack Brigance ganar el caso. Y la duda
permanece, como he dicho, hasta las últimas páginas.
En el debe de la edición que he
manejado, hay algunas erratas (no sé si atribuibles a la traducción), como el
de decir hija cuando debería decir nieta.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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