Como preveía al hacer el comentario de la primera parte de esta bilogía, en
la versión que Manfredi hace de La Odisea
el elemento fantástico aumenta: Polifemo tiene un tamaño gigantesco y un solo
ojo, los lestrígonos también tienen un tamaño más que humano, y Atenea cambia
el aspecto del héroe simplemente tocándole. Por el contrario, la transformación
por Circe de los compañeros de Ulises por Circe no es tal, sino una especie de
trance hipnótico al que los somete.
En cuanto a la vida del héroe tras
regresar a su hogar, no ocupa demasiadas páginas y tampoco queda demasiado
claro cuál sería su destino último. Inicialmente esto me desagradó, porque me
gustan los desenlaces del tipo atado y
bien atado, pero reflexionando un poco supongo que Manfredi ha preferido
escribir un final abierto en el que el lector interprete lo que quiera.
La única duda que queda es que, si el
relato está contado en primera persona por el propio Odiseo, y éste se ha
adentrado en el continente alejándose del mar (es de suponer que hacia el
Noreste)… ¿cómo ha llegado la historia hasta nosotros?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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