miércoles, 3 de junio de 2015

Al César lo que es del César

Cuando los miembros del clero español (me refiero al católico, claro, confesión mayoritaria en España) no actúan exclusivamente en el ámbito espiritual sino que se inmiscuyen en la vida política, tomando posición en concreto a favor de las tesis nacionalistas, olvidan el significado original del término católico, esto es, universal.
Y esto ha ocurrido tanto entre el clero vasco –desde los curas trabucaires hasta los sucesivos arzobispos de San Sebastián, con el infausto Setién a la cabeza de la fila- como el catalán, seguidista en términos generales de las tesis secesionistas (España nos roba, Cataluña es una nación milenaria y demás pamemas).
Finalmente, parece que el Vaticano ha tomado cartas en asunto y les ha planteado a las dos monjas cojoneras (que se dedican a opinar más de lo humano que de lo divino) una disyuntiva: o política o religión.
La Iglesia prohíbe a curas y monjas participar en partidos políticos, pero estas dos monjas se han pasado la admonición vaticana por el forro del hábito: mientras una participaba en un acto electoral con Arturito Menos y el (efímero) alcalde convergente de la ciudad condal, la otra se postulaba para ser la Ada Colau de la Generalidad.
En lo de desobedecer normas sí que tiene práctica, la reverenda…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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