La polémica saltó en Televisión
Española cuando una tertuliana dijo que algo bueno tendría el nazismo.
Evidentemente, toda la progresía bienpensante se le echó encima, poniéndola
cual chupa de dómine.
La cuestión no es si hizo algo bueno o
no. Nada es absolutamente bueno ni absolutamente malo (salvo Dios y el demonio,
para los que creemos en Él), por lo que todo tendrá su lado bueno y su lado
malo. Lo que hay que estudiar es si lo bueno supera a lo malo, o viceversa; o
si, no superándolo, lo compensa.
Por ejemplo, la Iglesia Católica,
podrán decir muchos, ha hecho cosas malas: las Cruzadas (desde cierto punto de
vista), la Inquisición, la intolerancia… Pero también ha hecho cosas buenas;
más que malas, desde mi punto de vista, y mucho más importantes.
O la Segunda República española:
algunos (sus partidarios, claro) dirán que como obra humana que fue tuvo sus
defectos y sus errores, pero que fueron muchos más sus aciertos y sus
beneficios. No estoy de acuerdo, pero cabe discutirlo (a cambio, no creo que
esos republicanos de salón estuvieran abiertos a discutir si el franquismo fue
bueno o malo para España; mi opinión es que resultó menos malo que su alternativa,
que era convertir España en una sucursal de la U.R.S.S.).
El nazismo hizo algunas cosas buenas,
quién lo duda. Pero esas posibles bondades quedan en nada frente a la escala,
la monstruosidad y la inhumanidad de todos los males que conllevó, desde su
inicio hasta su sangriento final.
Igual, por otra parte, que el
comunismo. Como suelo decirle a mi padre, que Hitler fuera un monstruo no
convierte a Stalin en un santo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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