martes, 30 de junio de 2015

Estaba la Pastor...

Si algo cabe reconocerle a Ana Pastor –la periodista, no la política- es que no discrimina. En material de política, dispara igual contra los que están a la derecha del PSOE que contra los que están a la izquierda. Claro que, cuando la disparada es una ignorante que ha llegado al puesto que ocupa poco menos que por casualidad, la cosa resulta mucho más fácil… y mucho más triste para los que, presumiblemente, vamos a tener que sufrirla como alcaldesa los próximos cuatro años. A ella y a sus compañeros de consistorio, una panda de iletrados con bastante más mala baba que educación (en el doble sentido de formación cultural y de urbanidad).
Algunas perlas que dejó doña Rojelia, y que demuestran que no conoce su programa electoral ni sabe cómo llevarlo a cabo, son las siguientes:
  • La cruzada contra la desnutrición infantil (una de las necesidades más acuciantes según los podemitas): desconoce los criterios se aplican para determinar los baremos de pobreza, el número de niños madrileños con necesidades alimenticias y a qué empresas de catering va a encargar el remedio de este acuciante drama social. No sabe nada, y eso a una semana de que acaben las clases, momento en el cual deberían entrar a funcionar esos comedores escolares prometidos.
  • La deuda municipal: no sabe si va a pagar o no toda la deuda municipal, si va a bajar o no los impuestos (parece que no), si va a aprobar o no recientes operaciones urbanísticas como la de Chamartín (parece que recula y sí la aprobará), si va a convertir o no al ayuntamiento en casero de las familias desahuciadas, si va a sufragar o no los recibos de agua y luz de pocas o muchas familias.

En resumen, y salvo generalidades como vamos a destinar nada menos que una cantidad muy importante... (eso es precisión y lo demás son tonterías), dejó claro que su programa electoral no era más que un engañabobos (y conozco a algún engañado que no es nada bobo, pero que picó), porque necesita tiempo para acoplar a la realidad nuestro programa electoral. Es decir, que prometieron a tontas y a locas, y luego ya verían lo que pasaba. A lo mejor es que no esperaban ganar.
Ana Pastor, una semana después, comparó al popular Pablo Casado con Guillermo Zapata por un insulto a Javier Bardem. Conociendo al actor, el político probablemente sólo estuviera siendo descriptivo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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