Ciudadanos se presenta como un partido
centrado (que no de centro, eso lo digo yo), cuyo objetivo principal, dicen, es
la regeneración de la vida política española y el contribuir a la gobernabilidad (Dios, cómo odio esa
palabreja) de España.
Sin embargo, su modo de actuar difiere
según con quién estén pactando. No contribuyen, como sí hacen los demás
partidos de izmierda, a levantar un cordón sanitario contra el Partido
Popular, pero sí que le imponen unas condiciones (aparentemente) más duras que
al PSOE.
Sólo así se explica que cooperen a que
continúe en el poder el partido que gobierna en la única comunidad autónoma en
la que no se ha producido nunca alternancia (y si hay alguna otra será de las
de chichinabo, entendiendo la expresión en términos de extensión y población),
apoyando la creación de un banco público y de cuarenta delegaciones (llamarlas embajadas sería pretencioso aunque
fueran de Bilbao); una comunidad en la que el partido en el gobierno se niega a la creación de una comisión de investigación sobre uno de los mayores
escándalos de corrupción y malversación de caudales públicos que se ha
producido en España (y eso ya es decir bastante).
Mientras, las condiciones al Partido
Popular en Madrid, La Rioja o Murcia han sido mucho más duras, especialmente en
el primero de los casos. Tanto, que el partido nacido en Cataluña ha intentado enfriar el pacto aunque el resto de formaciones con representación en la
asamblea legislativa lo dieran por hecho. Claro que, para esas otras
formaciones, apoyar al PP en Madrid no es apostar por regenerar.
Ya. Y votar a favor del Socialato andaluz, sí. Amosanda, que eso
no se lo cree ni Kichi (o como se
escriba).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario