En
la previa a jugar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa de
Europa (me niego a llamarla Liga de
campeones) contra el Leicester, el entrenador del Atlético de Madrid, el
argentino Diego Pablo Cholo Simeone
hizo una interesante reflexión.
Según
el técnico rojiblanco, no entendía (o entendía demasiado bien) que en una
eliminatoria a doble partido, el visitante tenga treinta minutos más para intentar marcar un gol que valdría doble. Es decir, si en los primeros ciento ochenta minutos no
se ha marcado ningún gol (por ejemplo), y el equipo visitante marca un gol en
la prórroga, al equipo local no le valdría meter otro tanto para igualar la
eliminatoria: no le quedaría otro remedio que marcar dos goles y pasar, o no
hacerlo y caer eliminado.
La
reflexión del Cholo es correcta, y
hasta justa: en la prórroga del partido de vuelta, los goles de ambos equipos deberían
valer lo mismo, para no conceder así una ventaja injusta al que en el partido
de vuelta juega como visitante. Pero lo cortés no quita lo valiente: aunque
justa, la observación de Simeone era un poco oportunista, ya que en ese partido
el equipo del Manzanares jugaba como local. ¿Habría dicho lo mismo de jugarse
la vuelta en Leicester? Probablemente no.
En
cualquier caso, todo esto son especulaciones, porque el Atlético de Madrid pasó
a semifinales sin necesidad de jugar prórroga ninguna.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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