viernes, 4 de mayo de 2018

Estupidez suicida

No de otra manera cabe calificar la conducta de los tontos útiles que, por convicción o por interés, se arriman a los secesionistas (antes los vascos, hoy los catalanes) y que, quizá con la esperanza de congraciarse con ellos, buscan la manera de ser más papistas que el papa. Necios.
Por ejemplo, en el Farça, ¿quién era el más proclive a las tesis secesionistas? No por ambigüedades u omisiones, sino con declaraciones cristalinas y nítidas: pues no algún catalán de pura cepa (suponiendo que exista tal cosa), como Piqué o Puyol, sino un charnego vendido como Hernández, que lo mismo apoya a unos golpistas que defiende una dictadura medievalista con el argumento de que la gente es feliz y no se queja (¿se ha parado a pensar si pueden hacerlo?).
Y en Barcelona, quien les hace más carantoñas a cuperos, ierreceos, pedecatos y demás compañeros mártires son los neocom de la bruja Piruja. ¿Consiguen con ello hacerse más tolerables a los ojos de los talibanes secesionistas? ¡Quiá! ¿La prueba? Que el pasado día de san Jorge, independentistas radicales (eso dice el titular, pero ¿qué independentista no lo es?) atacaron a la televisión municipal de la ciudad condal acusándola de prensa española manipuladora.
Dejando aparte el hecho de que todos los medios de comunicación están, por definición, sesgados, yo de los neocom rogaría porque no saliera adelante el proceso secesionista. Porque los tontos útiles son tolerados mientras son precisamente eso, útiles; pero cuando dejan de serlo se les da matarile, figurada o literalmente…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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