domingo, 27 de mayo de 2018

Por pelotas será

Esta entrada sale publicada poco después del final de la final de la Copa de Europa de Fútbol (¿liga de campeones? Vamos, anda…), pero la escribo horas antes de que comience, así que no sé lo que pasará (habrá pasado, para cuando lo lean).
Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de la posibilidad de que el jugador brasileño Neymar, esta temporada en las filas del Paris Saint-Germain y las anteriores en las del Fútbol Club Barcelona, vaya a ser fichado por el Real Madrid. Aunque no me considero merengue –soy periquito-, mi antibarcelonismo y unas expectativas realistas hacen que apoye a y me preocupe por el Real Madrid.
Neymar es un gran jugador, qué duda cabe. Uno de esos capaces de desequilibrar un partido él solito. Pero también un chulo, un caprichoso y un veleta. Lo fue en Brasil, lo ha sido en Barcelona, lo está siendo en París y lo seguirá siendo, salvo que cambie mucho de carácter (posible, aunque improbable), en Madrid. Por lo tanto, no me parece una buena idea meterlo en el vestuario blanco, donde ya hay un gallo que, aunque en el ocaso de su carrera –dada su edad, aunque uno nunca sabe cuánto va a durar ese ocaso ni a qué nivel rendirá-, todavía da picotazos (el nada humilde Cristiano Ronaldo, por supuesto). La bronca estaría servida, y aunque los beneficios económicos de la jugada serían previsiblemente elevados, los deportivos resultan más sujetos a imponderables.
Hay, sin embargo, una razón, una sola, por la que me gustaría que el brasileño acabara en el club de Concha Espina. Y como el enano hormonado lo ha dicho de un modo insuperable, reproduzco sus palabras. Porque
Sería terrible ver a Neymar en el Madrid, un duro golpe al barcelonismo.
‘nuff said!, que dice Stan Lee.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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