viernes, 12 de octubre de 2018

Para ser conductor de primera...

Hay una canción de Bruce Springsteen, Badlands, del álbum Darkness on the Edge of Town, que dice Poor man wanna be rich,/Rich man wanna be king,/And a king ain’t satisfied/’til he rules everything. Lo que podría traducirse como el pobre quiere ser rico, el rico quiere ser rey, y un rey no está contento hasta que lo gobierna todo.
Los izquierdistas quizá no quieran ser reyes, pero sí quieren ser ricos e, indudablemente, quieren controlarlo todo. Quieren decidir qué debe comprar la gente, qué debe ver, qué debe leer y hasta cómo debe conducir. O eso es lo que cabría deducir de la propuesta de la DGT de que los coches se ajusten de forma automática a los límites de velocidad. Vale, es probable que la ideíta tenga sus matices (no he leído la noticia completa, ni ganas, ya que es posible que me quedara sin materia para la entrada), pero ¿qué ocurriría en caso de una emergencia en la que fuera necesario llegar lo más rápidamente posible a destino?
Por otra parte, si los coches se ajustaran automáticamente a los límites de velocidad, también desaparecerían automáticamente las multas por exceso de velocidad. Con lo que a los rojeras les encanta recaudar…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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