jueves, 5 de septiembre de 2019

La muerte no es el final

A finales del mes pasado se estrelló contra el mar un caza C-101 del Ejército del Aire en Murcia, falleciendo el piloto del aparato.
Naturalmente, se sucedieron las muestras de condolencia por parte de casi todas las personas e instituciones, tanto a la familia del finado como al instituto castrense al que pertenecía. Casi todas, porque siempre hay algún miserable listo para demostrar su mala educación, su ausencia de empatía y, en definitiva, su rastrera catadura moral. Da lo mismo que el que muera sea un torero, un militar o un hombre de Estado, si consideran que el difunto forma parte de las filas de lo que ellos consideran el enemigo, el vómito verbal está asegurado.
En esta ocasión fue un dirigente de la sedicente y sediciosa asamblea nacional catalana el que, pretendiendo hacer mofa, befa y escarnio del luctuoso suceso, excretó un tuit en el que decía contaminando el ecosistema, espero que ninguna especie marina haya sufrido.
Tranquilo, desgraciado: sufrís mucho más los de vuestra especie con héroes como éste vivos que cualquier especie marina cuando sus restos mortales pasan a reposar en el lecho pelágico. Porque no ofende quien quiere, sino quien puede.
Y vosotros, desde luego, no podéis por mucho que lo intentéis.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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