miércoles, 30 de octubre de 2019

Un par de hostias bien dadas y se acababa la tontería

El escribir las cosas (con cosas me refiero a las entradas de este blog) con cierto retraso tiene sus desventajas (los sucesos pueden quedar atrasados o superados por las circunstancias), pero también la indudable ventaja de que permite poner las cosas en perspectiva.
Hace ahora un par de semanas, tras hacerse pública la sentencia (demasiado leve, para mi gusto) sobre los golpistas del 1 de Octubre, los terroristas que estos mismos golpistas azuzaron comenzaron una escalada de violencia, como suele decirse, sin precedentes, al menos por aquellos andurriales. El presidente del Gobierno, al ser requerido sobre qué pensaba hacer, descartó sobreactuar y estar convencido de que el tsunami desaparecerá en los próximos días.
¿Ha desaparecido lo que, con tan poco acierto (por el hecho de seguir la terminología golpista), denomina tsunami? No, en absoluto. Simplemente han aflojado un poco, pero las bestias rabiosas que han destrozado zonas de Barcelona no esperan más que otra excusa (puesto que la sentencia fue eso, una excusa, y no una causa ni tampoco una justificación) para volver a comportarse como los animales que son.
Sí, Chistorra, animales son los que tú azuzaste, y no aquellos que hablamos español. Animales son los que queman y destrozan mientras se hacen autofotos, y no lo que tú llamas grupos infiltrados, salvo que resulte que esos infiltrados sean más numerosos que aquellos entre los que se inflitran. Animales son esos a los que no condenas mientras haces llamamientos a la calma.
Pero qué te voy a contar…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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