viernes, 12 de febrero de 2021

Divide et impera

Hace un tercio de siglo -finales de los ochenta-, en el examen para subir nota de Derecho Político II -saqué matrícula- hice un vaticinio (como ahora, tampoco es que fuera especialmente original: me limité a interiorizar lo que leía en la prensa, por entonces básicamente el ABC) que demostró dar en el clavo: hasta que lo que había a la derecha del PSOE no se uniera -no todo, evidentemente, pero sí la mayor parte-, los de la mano y el capullo seguirían gobernando España.

Hoy, parece, estamos en la misma situación: un partido socialista más débil que nunca se mantiene en el poder, apoyado por unos comunistas fuertes (menos que ayer pero, esperemos, más que mañana) y unos golpistas y terroristas más crecidos que nunca. ¿Por qué?

Porque enfrente -y no siempre enfrentados- tienen lo que llaman el trifachito, tres partidos políticos con puntos de coincidencia -que se lo digan a los madrileños, y a los andaluces, y a los murcianos, y…- que parecen disfrutar poniéndose la zancadilla unos a otros, en lugar de placar a la hidra bicéfala que lleva a España al desastre.

Y tan pronto unos apoyan los presupuestos o la prolongación del estado de alarma como otros votan a favor del decreto que dará al desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer completa libertad -arbitrariedad- para el reparto de los fondos europeos que, con motivo de la pandemia de la Covid-19, llegarán a España.

Unos por otros, y la casa llena de m…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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