martes, 16 de febrero de 2021

Proceso al proceso (117)

Una de mis (mis mis) frases favoritas es sé por qué pasa lo que pasa, lo que no sé es por qué lo que pasa, pasa. Los resultados de las elecciones regionales catalanas son un ejemplo perfecto de esta frase, al menos en lo tocante a una de las formaciones.

Es decir, vamos a dejar de lado a los partidos secesionistas, que tienen unas parroquias respectivas más o menos estables -entre todos consiguen, más o menos, lo mismo que conseguía Polluelo en sus años dorados, cuando los ierreceos eran el Culombio y la Rahola, y pare usted de contar-, y centrémonos en los partidos nacionales (vale, aceptamos al PSC como un PSOE regional, aun cuando tenga más independencia que cualquiera de las demás federaciones regionales de los de la mano y el capullo)… que no constitucionalistas, que ya sabemos que los suciolistos no lo son.

Repasando los datos, veo que en las elecciones de hace cuatro años (en realidad, tres y poco, porque fueron en Diciembre), los citados partidos consiguieron cincuenta y siete escaños: treinta y seis Ciudadanos, diecisiete el PSC y cuatro los populares. Anteayer, cuatro escaños menos, repartidos como sigue: treinta y tres para el filósofo perico, once para Vox, seis para los pomelos y tres para el PP.

Está claro que la bofetada que se han pegado los de Ciudadanos y PP se debe, por decirlo de alguna manera, a la tibieza con la que han tratado la cuestión catalana: los de Villacís, por la espantá con destino Madrid tras haber sido la fuerza más votada hace cuatro años (aunque no tuviera la más mínima posibilidad de ganar, tendría que haber presentado su candidatura: como solía decir mi madre, el no ya lo tienes); los del PP, por el acreditado (y guadianesco) maricomplejinismo del que adolecen (si te la vas a pegar, por lo menos pégatela con algo de dignidad). También está claro que Vox se ha nutrido, como en el resto de España, de los descontentos con unos y con otros.

Lo que no acabo de explicarme es el ascenso de los suciolistos (y menos con un candidato tan inane como Illa, que hace bueno hasta al maricatalino). Quiero decir, es evidente que los que se fueron a Ciudadanos han regresado, o al menos parte de ellos, pero… ¿por qué? El PSC no ha cambiado, salvo a peor: si no te gustaba el compadreo de zETAp con los secesionistas (recordemos a quien debemos el malhadado sedicente estatuto sedicioso), menos aún el refocile de Sin vocales, que raya en lo obsceno (recordemos el cabezazo del Rasputín de La Moncloa ante Chistorra, que producía vergüenza ajena).

Es decir: el PSOE ha subido porque han vuelto los que se le marcharon (por qué ha pasado lo que ha pasado), pero ¿por qué han vuelto? (¿por qué, lo que ha pasado, ha pasado?).

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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