martes, 18 de octubre de 2022

Proceso al proceso (434)

Si los secesionistas catalanes pensaran verdaderamente en la región y sus habitantes, supeditarían cualquier objetivo o ventaja personales a la consecución de la tan cacareada independencia.

Sin embargo, la situación es muy otra. Las distintas facciones, incluso los distintos líderes, piensan únicamente en su propio provecho, en sus pequeñas, mezquinas ambiciones. Quieren ser ellos -cada uno de ellos para sí- los que consigan la tan ansiada meta. Y cada uno piensa que, si no es él quien la consiga, entonces no se le da un ardite lo (y los) demás, y que se vaya todo al carajo.

Esto es lo que sucede con Cocomocho, por ejemplo. Exiliado en Waterloo, pierde cada vez más foco y más capacidad de decisión. En la plaza de san Jaime, por otro lado, van consiguiendo casi todo lo que quieren, con menos esfuerzo que nunca, porque nunca ha habido en La Moncloa un sujeto con menos apoyo parlamentario y aún menos escrúpulos para mantenerse al frente del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.

Y lo que hace el del corte de pelo inefable, mientras sus conmilitones se abofeteaban unos a otros con ocasión de la fiesta regional, era maniobrar para dinamitar el consejo regional de gobierno. Cosa que, como comentaremos en otra entrada, consiguió.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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