jueves, 27 de octubre de 2022

¿Y?

Hace un mes, confirmando los sondeos a pie de urna, ganaba las elecciones legislativas en Italia la coalición de derechas formada por tres partidos: Hermanos de Italia (la principal fuerza, que algunos tildan de neofascista), Forza Italia (Berlusconi no se marcha ni con agua caliente, el rostro cada vez más acartonado) y la Liga Norte (que, la verdad, ha dado tantos bandazos que uno ya no sabe de qué pie cojea).

Como primera ministra se perfiló una política poco conocida hasta entonces -vale, al menos a mí no me sonaba de nada-, Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia. Naturalmente, las izquierdas en general y las españolas en particular lanzaron un coro de lamentos por lo que consideraban un peligro para la democracia, alertando de que España no está a salvo.

Como siempre ocurre, si gana la izquierda es (para la izquierda) porque el pueblo ha decidido libre y democráticamente que así sea; pero si gana la derecha, se debe a algún oscuro misterio, porque es imposible que el pueblo se harte de la ineptitud manifiesta, cuando no el latrocinio rampante, de la izquierda, y decida darle una oportunidad a quienes todavía no han tenido responsabilidades de gobierno.

Y, francamente, me parece un mayor peligro para las libertades, la democracia y el estado del bienestar que sean los comunistas los que dirijan la política de un país que el que lo hagan aquellos a quienes esos mismos comunistas llaman fascistas.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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