sábado, 18 de marzo de 2023

Como niños malcriados

La ley Sánchez-Montero, conocida popularmente como ley del sí es sí, fue presentada por sus promotores poco menos que como un hito en la historia legislativa mundial, un parangón (no sé si el término es adecuado, pero me apetece ponerlo porque queda solemne y tal) con el cual se compararía toda norma posterior relativa a la materia.

La realidad es que, como todo lo que sale de los neocom, la norma es un engendro, mala técnicamente y perjudicial socialmente, puesto que los abusadores y violadores están viendo rebajadas sus penas o, directamente, la calle (es decir, que están siendo puestos en libertad).

Y en cuanto la norma ha traspasado las fronteras septentrionales de España, el escándalo ha sido mayúsculo: las europarlamentarias se han mostrado escandalizadas por las mentiras de la marquesa de Villa Tinaja en lo relativo a las consecuencias de la ley.

Mientras, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer ha reaccionado con una pataleta al duro informe de las instituciones europeas sobre la norma, la indocta egabrense habló de efectos no deseados (pero previsibles, según se deduce de sus declaraciones en una entrevista radiofónica), la jueza comunista metida a política chilló como una histérica cuando no la dejaron hablar, y las eurodiputadas socialcomunistas españolas se saltaron una reunión de la delegación europea con los vocales del Consejo General del Poder Judicial en las que se dijeron las verdades del barquero.

Muy edificante, todo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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