domingo, 2 de abril de 2023

El honor no es su divisa

Cuando estalló el caso del tito Berni, muchos pensamos (la generalización es una conjetura) que se trataba de otro caso de corrupción ligado al PSOE -algo tristemente frecuente, en su historia más que centenaria-, y que no pasaría nada, o muy poco (algo igualmente habitual en los de la mano y el capullo, que suelen irse de rositas… de rositas pagadas muy caras).

Pero me equivoqué. Porque, como en una cesta de cerezas -esta es una metáfora que utilizo con frecuencia, sobre todo fuera de este blog y para referirme a un aspecto informático de mi trabajo-, al tirar de la primera empezaron a salir las demás.

Y entre esas demás se encuentra la que hasta hace apenas un par de semanas era la directora general de la Benemérita, cercada por el caso mediador y mientras se investigaba a su marido y a la familia de éste, una pandilla de arrebatacapas que hace que Jorgito Polluelo y sus adláteres parezcan un grupo de aficionados.

Qué casualidad que siempre que alguien de la Benemética sea pillado en contubernios crematísticos, sea el PSOE el partido que está en el gobierno.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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