En su afán, no se sabe si de ser más radicales que nadie o de pasarse el uno al otro por la izquierda (sí, soy consciente de que ambas cosas vienen a ser prácticamente lo mismo), las dos patas (por simplificar, que ya sabemos que una de las patas tiene, a su vez, un montón de ramitas) del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer sueltan soflamas cada vez más incendiarias.
En esto la iniciativa suele
llevarla la parte neocom, no en vano sus representantes concentran la
práctica totalidad de su materia gris en una sola cabeza, la que se dedica a
arruinar a las generaciones presentes y futuras. Pero una vez han soltado su
insensatez, allá que te va la parte criptocom, todos a una (en realidad,
suelen ser todas a una) subiendo la apuesta, supongo que con el temor de
que, de no hacerlo, serán tildados de retrógrados, fascistas o, incluso peor,
derechistas.
La consecuencia es que logran asustar, o directamente enfadar, a los que consideran su electorado natural. Es el caso de las organizaciones NoCHe, que han condenado el discurso de dio del gobierno contra las familias por gestación subrogada.
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