Según la mayoría de los partidos del arco parlamentario español -y de los de fuera, también-, el Partido Popular sería la formación más corrupta, no sólo de España, sino hasta de Europa.
Eso es mucho decir teniendo en
cuenta que en Italia la corrupción de los partidos se daba casi por supuesta. Pero
es que sin necesidad de atravesar los Pirineos, nos encontramos con que el oasis
catalán era más bien un albañal al tres por ciento de interés. En cuanto a
los de la mano y el capullo, especialmente al Sur de Despeñaperros, han tenido
más casos, de más enjundia y con más jerarcas implicados que todos los demás
partidos juntos.
Y es que, para un socialista
hispano, llegar al poder y ponerse a aumentar su fortuna por lo civil o por lo
criminal es algo casi inmediato. Es el caso de la hasta hace poco directora
general de la Guardia Civil, que cuando ella era sólo un cargo a nivel
provincial en Málaga su marido aprovechó para tejer una red de influencias durante
el rodrigato.
Y luego, presumen de honradez.
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