Mientras al psicópata de la Moncloa y al desgobierno socialcomunista que preside y tenemos la desgracia de padecer le dé por seguir guardando las apariencias -esto es, siguiendo los cauces legalmente establecidos, aunque sea para desmontar esos mismos cauces-, esa actitud puede ser utilizada en su contra.
Es decir, si se han sacado de la manga una
ley de desmemoria antidemocrática, que no es sino una versión corregida y
aumentada de la ley de desmemoria histérica, la solución para sabotear sus
objetivos es aplicar la legislación vigente.
Y si tienen como objetivo presunto pero no confeso la eliminación del Valle de los Caídos (Cuelgamuros es el término geográfico u orográfico, no monumental, digan lo que digan la panda de ignaros que pilotan la nave del Estado), está bien que la bestia negra de los de la mano y el capullo -esto es, Isabel Díaz-Ayuso- haya declarado bien de interés cultural la escolanía del Valle.
Que no es el valle en sí, ni la basílica, ni la mayor cruz de la cristiandad. Pero algo es algo, porque ni con el papa Paco podemos contar para que la defienda.
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