El colofón de Rebelión en la granja -la célebre frase Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros- no deja de ser una forma literaria y elegante del conocido (y bastante cínico, en un sentido filosófico) aforismo que reza hecha la Ley, hecha la trampa.
Porque la izmierda española en general,
y los de la mano y el capullo en particular, con Petisú Montero a la
cabeza, se han cansado de denostar la política impositiva que, primero Madrid y
luego el resto de comunidades autónomas, aplica el Partido Popular.
Pero como una cosa es predicar y otra muy
distinta dar trigo -y no digamos ya si se trata de cosechar el propio-, el vivales
del teledirector de orquesta aplicó las exenciones de la comunidad de Madrid para no pagar por una donación de su padre mientras decía no ser
residente en España para no soportar la gravosa presión impositiva comandada
por su hermano.
Esto eleva (o degrada) lo de decir una cosa y hacer la contraria a un nuevo nivel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario