Poco a poco, algunos van dándose
cuenta del monstruo que han alimentado durante los últimos cuarenta años. En
realidad, fue un monstruo desde el principio, sólo que se pensó que dándole
cosas se le mantendría amansado.
Craso error: cuando uno alimenta un
monstruo, lo único que hace éste es crecer y crecer, demandando cada vez más
con voracidad insaciable (hay que ver qué pedante me pongo a veces). De hecho,
lo único que cabría hacer sería dejar de alimentarle para que muriera de hambre
o bien se devorara a sí mismo.
Viene todo esto al caso de una ex
columnista del diario catalán Avui
que, arrepentida, pide ayuda a España. Se ha dado cuenta, dice, de que el
nacionalismo catalán es una gilipollez.
Y no estoy de acuerdo con ella. Lo que es en realidad es un totalitarismo de la
peor especie sustentado en una falsificación sistemática de la Historia y en
presentar a los que no piensan como ellos como enemigos. En una palabra,
demasiado utilizada pero que se ajusta como un guante: es fascismo, pura y
simplemente.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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