domingo, 20 de abril de 2014

Déjà vû

La situación que se está viviendo en Ucrania me recuerda poderosamente a lo que aconteción en Europa hace ahora tres cuartos de siglo. En efecto, una gran potencia, en busca de recuperar el esplendor pasado al que considera que tiene derecho, influye en territorios ajenos pero que considera como suyos, mientras que las democracias occidentales hacen poco, o poco de manera efectiva, lo que contribuye a reforzar en su postura al expansionista.
Sin embargo, algunas cosas no son exactamente iguales. Aunque más débil que Rusia, Ucrania no es exactamente como la Checoslovaquia o la Polonia de los años treinta del siglo pasado, y así el hecho de que haya aprobado un decreto para iniciar operaciones militares en el Este del país es algo que debería ser tenido en cuenta… salvo por el hecho de que, por así decirlo, tiene el enemigo dentro, y parte de sus efectivos militares son más pro rusos que pro ucranianos.
Por otra parte, en esta ocasión los Estados Unidos (dirigidos por esa especie de versión café con leche de nuestro circunflejo) no se han mantenido completamente al margen, y han enviado efectivos navales al Mar Negro ante el aumento de la tensión.
Falta ahora por saber, en esta partida que se está desarrollando, hasta donde está dispuesta cada una de las partes a elevar sus apuestas… y si tienen con qué respaldarlas o, por el contrario, alguna (o incluso) ambas van de farol.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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