Algún conocido de algún conocido
encuentra sorprendente que sólo en las manifestaciones de izquierdas se
produzcan destrozos, violencia y altercados con las fuerzas del orden, mientras
que en las de otras ideologías (en contra del aborto, de la negociación con
ETA, etcétera) no.
Sin embargo, basta con observar tanto
las actuaciones de la izquierda política como sus reacciones ante los
desafueros de la izquierda sociológica para que todo cobre sentido. Porque fue
Cayo Lara el que dijo aquello de tenemos
que conseguir en la calle lo que no podemos conseguir en las Cortes. Porque
ha sido Julio Anguita –quizá el único político de izquierdas que me merecía un
respeto… pero ya no más- el que, exteriorizando una mentalidad que no creo que
posean ni Rouco Varela ni los dirigentes de la AVT (Pilar Manjón es otra cosa)
ha dicho que si hubiésemos sido violentos hubiéramos neutralizado a la policía en un santiamén. Porque han sido los
partidos políticos de izquierdas los que han excusado el comportamiento de los culpables de los incidentes en las sedicentes marchas por la dignidad (poca dignidad, teniendo como mascarón de
proa a Guillermo Toledo), echando las culpas a la policía o al Gobierno de la
Comunidad de Madrid.
Así, no es extraño que los violentos
se crezcan y que cuando la policía intervenga para desalojar el vicerrectorado
de la Complutense sea atacada con gritos de ¡Vamos
a matarlos, que son pocos!
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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