Consumado el paripé del trámite en el
Congreso, se rechazó, como era de esperar (aunque con los socialistas uno nunca
sabe), la petición de la Generalidad catalana de que les fueran transferidas
las competencias para celebrar referendos, los voluntaristas proclamaron que la
cosa en vías de solución, ya que los separatistas se esraban quedando sin
salidas.
Sin embargo, los necionanistas nunca se han caracterizado por el respeto exquisito a
las leyes. Todo lo contrario, casi parecen discípulos de Pablo Iglesias, ya que
sólo las cumplen –o las invocan- cuando ello conviene a sus intereses. En caso
contrario, pasan olímpicamente de ellas, y no tienen el menor recato en
proclamarlo. Así pues, no es de extrañar uqe, tras la votación en el Congreso,
declararan que el pueblo de Cataluña ha iniciado un camino sin retorno (aunque les faltó añadir que a ninguna parte).
Para acabar de rizar el rizo del
esperpento, Convergencia sigue en su pose chulesca proclamando que el Gobierno tendrá que dar
muchas explicaciones a la comunidad internacional. Desde luego que tendrá
que darlas, pero no en el sentido que dicen los catalanes, sino en el de
explicar cómo es que los sucesivos gobiernos españoles, de los presididos por
el recientemente fallecido Suárez hasta el actual de Rajoy.
Y que los nacionalistas pidan amparo internacional, como pregonan que harán si se impide la consulta. Aunque sólo
sea por las cuentas que les trae, mucho me temo que van a encontrar la misma
acogida que en todas sus previas peticiones de apoyo. Es decir, y para que lo
entiendan: cero patatero.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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