viernes, 18 de abril de 2014

Ya sabemos quién manda realmente

Cuando un partido grande se pone en las manos de uno pequeño para obtener el poder, lo que suele ocurrir es que el primero mengua mientras el segundo medra a su costa. Ocurrió en Baleares en los episodios de todos contra el PP, ocurrió en Cataluña cuando el PSOE (y ahora CyU) se apoyó en IRC, y ahora está ocurriendo en Andalucía, donde el PSOE, antes con Griñán y ahora con Susana Díaz, se apoyaron en los comunistas para que no gobernara el partido más votado.
Como ocurre al elevar a exaltados a puestos de responsabilidad, la consejera de Vivienda de la Junta (una anticristiana de la peor especie, para más señas) ha montado un buen sarao con sus modos matonescos en algo llamado Corrala Utopía.
En un rapto de dignidad (o, más probablemente, para no permitir que se le subieran a las barbas), Díaz retiró las competencias en materia de vivienda a los comunistas. Sin embargo, en menos de veinticuatro horas, se vio obligada a recular y devolver dichas competencias, so pena de quedar sin los necesarios apoyos parlamentarios. Ante esto, el recién nombrado líder de los populares demostró su talento para señalar lo obvio al decir que Díaz había hecho el ridículo y que es rehén de Izquierda Unida.
Tras el recule socialista, ocurrieron dos cosas que bien podrían considerarse inevitables, conocidos los involucrados: el salvar el pacto no eliminó las tensiones entre socialistas y comunistas… y los primeros buscaron echarle la responsabilidad encima al ayuntamiento (del Partido Popular, no por casualidad),
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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