Se me ha hecho difícil ponerle un
título a esta entrada. El arzobispo sudafricano Desmond Tutu merece todo mi
respeto y admiración por su valor en la lucha contra el régimen racista que
imperaba en su país. Quiero pensar que quizá empieza a fallarle la cabeza a su
edad, o que ha resultado engañado por aquellos que comparan con su amigo Nelson
Mandela al terrorista vasco –y, afortunadamente, miembro de la población reclusa
española-; porque si habla en pleno uso de sus facultades mentales, reclamar la libertad de Arnaldo Otegi demuestra una profunda ignorancia… o una mala fe que
no cabría atribuir a un hombre de Dios.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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