Que el ministro que más se ocupa de
Cataluña sea el de Asuntos Exteriores es mala cosa, porque la materia no cae
dentro de su negociado. Deberían encargarse el de Interior, el de Justicia o el
de Hacienda y Administraciones públicas.
Pero es que, además, lo que dice
suelen ser unas tonterías bastante gordas. La última ha sido decir que hay que ver las causas de la desafección.
Lo que hay no es desafección, señor García-Margallo: lo que hay es,
simplemente, que la casta política necionanista
catalana quiere seguir exprimiendo al resto de España, y por ello ha creado un
monstruo que se les está yendo de las manos, si es que no lo ha hecho ya…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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