Una de las razones por las que tenemos
los políticos que tenemos –especialmente en la izquierda- es que el pueblo
español es fundamentalmente ignorante (no mucho más que dichos políticos, sin
embargo), por lo que cualquier cosa, si es dicha con la apropiada solemnidad,
es susceptible de ser creída (o, al menos, eso es lo que piensan los
políticos). Súmese a esto la incapacidad de los políticos –nuevamente, los de
izquierdas más que los de derechas- para mantener su boca cerrada y tendremos
una bonita colección de tonterías, a cual más gorda.
Una de las últimas ha sido escuchar al
hijo de P proponer el modelo federal alemán como la panacea para los problemas
territoriales españoles. Ha obviado, comprensiblemente, que los Länder alemanes
tienen menos competencias que las comunidades autónomas españolas y que la
Constitución de 1.949 no reconoce, en ningún caso, el derecho a decidir que tanto berrean los necionanistas catalanes (y ahora también los vascos).
Los secesionistas, que saben bastante bien lo que quieren (y aún mejor lo que no quieren) se han apresurado,
comprensiblemente, a despreciar la propuesta de Burracalva. Si es que este hombre monta un circo y le crecen los
enanos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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