Si hace unos días comentaba que la
derecha española (y, en concreto la catalana) parece no darse cuenta (o no
querer hacerlo) de que por muchas resoluciones, votaciones y sentencias que les
sean contrarias, los secesionistas catalanes no van a cejar en su postura,
ahora toca hablar del presidente del Congreso.
En el Congreso se votaba una
declaración institucional sobre Adolfo Suárez. Dos partidos la vetaron, p-ETA e
IRC. Antes esto, Jesús Posada dijo que no
es que sean malos ni no quieran a España. Pues lamentándolo mucho –porque ojalá
la tercera autoridad de España estuviera en lo cierto- he de llevarle la contraria.
Son malos (no hay más que conocer su historia de crímenes y su nulo
arrepentimiento) y, desde luego, no quieren a España. Más bien lo contrario, la
odian con todas las fibras de su ser, y no habría mayor satisfacción para ellos
que verla destruida. Para eso trabajan.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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