La semana pasada saltó la noticia de que, tras más de medio siglo sin mantener relaciones diplomáticas oficiales, Estados Unidos y Cuba las restablecían tras un intercambio de presos. También se supo que en buena medida se debió a la mediación de la Santa Sede, y que Barack Obama no descartaba visitar la isla. Hasta aquí, los hechos. Ahora, las opiniones.
En principio, nada que objetar a las gestiones realizadas por el papa Francisco. Parece una buena persona, inteligente y libre de esas ideas retroprogres, populistas y demás que infectan la mente de muchos de sus compatriotas (me refiero a los argentinos, claro, no a los vaticanos), y en particular la de la presidenta del país rioplatense. Quiero pensar que lo ha hecho movido por su buena voluntad y pensando sinceramente en el bien de los cubanos.
Sin embargo, dar aire a una dictadura que se ahoga no es bueno. No es bueno para los oprimidos por la dictadura, claro; para los que mandan, desde luego, porque les permite cobrar aliento para mantenerse más tiempo en el poder.
El tiempo lo dirá. Sin embargo, no creo que esto vaya a traer nada bueno para los cubanos, al menos a corto plazo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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