viernes, 5 de diciembre de 2014

Peligrosa tolerancia

Puede que el Islam sea, como afirman sus defensores, una religión de paz. Ni entro ni salgo, aunque no me lo creo demasiado. Lo que no es en absoluto es una religión tolerante. Casi sería la religión ideal para los progres, porque pide para sí lo que no concede a los demás.
Así, han de respetarse sus costumbres y se ha de intentar no herir su sensibilidad. Si en un escudo aparecen cabezas de moros, se suprimen. Si sus mujeres van cubiertas de la cabeza a los pies, se permite. Si ha de consentírseles no hacer ni caso a las mujeres, se les tolera. Si quieren predicar su religión, se les da carta blanca.
Lo malo es que no funcionan a la recíproca. Cuando van a sus países, las mujeres han de cubrirse la cabeza. No se puede predicar religión alguna, levantar templos que no sean musulmanes ni introducir libros sagrados que no sean el Corán.
Y, paranoicos como son los miembros de esa religión tan pacífica, cuando un equipo de fútbol se mezcla con ellos han de hacer desaparecer cualquier cosa que pueda molestarles. Como, por ejemplo, la cruz que remata la corona que adorna el escudo del Real Madrid

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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