Puede que el Islam sea, como afirman
sus defensores, una religión de paz. Ni
entro ni salgo, aunque no me lo creo demasiado. Lo que no es en absoluto es una
religión tolerante. Casi sería la religión ideal para los progres, porque pide
para sí lo que no concede a los demás.
Así, han de respetarse sus costumbres
y se ha de intentar no herir su sensibilidad. Si en un escudo aparecen cabezas
de moros, se suprimen. Si sus mujeres van cubiertas de la cabeza a los pies, se
permite. Si ha de consentírseles no hacer ni caso a las mujeres, se les tolera.
Si quieren predicar su religión, se les da carta blanca.
Lo malo es que no funcionan a la
recíproca. Cuando van a sus países, las mujeres han de cubrirse la cabeza. No
se puede predicar religión alguna, levantar templos que no sean musulmanes ni
introducir libros sagrados que no sean el Corán.
Y, paranoicos como son los miembros de
esa religión tan pacífica, cuando un
equipo de fútbol se mezcla con ellos han de hacer desaparecer cualquier cosa
que pueda molestarles. Como, por ejemplo, la cruz que remata la corona que adorna
el escudo del Real Madrid…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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