Esta semana pasada saltó la noticia de
que Marc Márquez, bicampeón del mundo de Moto GP, había trasladado su residencia a Andorra. Como en España somos tan mal pensados, la deducción casi
unánime fue que lo hacía para pagar menos impuestos, ya que el sistema fiscal
del coprincipado es más liviano que el español. Entre el coro de aulladores
ocupaban un lugar prominente, como viene siendo costumbre, el grupito de los retroprogres.
Cuando se acallaron las voces, Márquez
declaró que si se marchaba a Andorra era por culpa de la fama. Y resultó que
uno de los santones de la retroprogresía –dada la guerra que libran dentro de
ese mundillo, no es de extrañar que la información proviniera de sus teóricos
correligionarios- guardaba más de setenta y cinco millones de euros en paraísos fiscales como Gibraltar, Suiza, las Islas Caimán o Liechtenstein.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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