Si ayer decía que el nacionalismo es
por naturaleza insaciable, hoy voy a señalar otra de sus características
definitorias: una desfachatez absoluta a la hora de actuar, de tal calibre que
casi, casi les haría unos más que dignos socialistas.
Tenemos un maravilloso ejemplo en el
caso de la candidatura de Barcelona como sede para los mundiales de atletismo. En
la presentación, el alcalde de la ciudad condal, el nacionalista Trías,
presentó un mapa de Cataluña en la que esta aparecía aislada: no había ni
rastro de Francia, pero tampoco de España. Una especie de isla en mitad de la
nada.
Incomprensiblemente (para ellos,
claro), Barcelona fue derrotada. Trías confirmó que lo volverán intentar en
2021, de nuevo bajo el auspicio español.
Vamos, que para ellos no existimos…
salvo a la hora de aprovecharse de nosotros. Entonces, vaya si existimos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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