La izquierda española siempre ha sido
proclive a encontrar justificación a los actos de violencia o directamente
terroristas cuando eran ejecutados por individuos de su misma cuerda ideológica
y no eran ellos el objetivo del delito.
El grupito de Junior es un recién llegado al escenario político de los partidos
organizados, pero algunos rasgos los llevan impresos en su ADN ideológico, y el
anteriormente mencionado es uno de ellos.
Así, cuando un desequilibrado empotró
su coche cargado de explosivo contra la sede central del Partido Popular, en la
madrileña calle Génova, ellos fueron los únicos que justificaron ese ataque.
Probablemente, socialistas y comunistas hayan pensado que los de la derecha se merecían lo que les ha pasado (e incluso más),
pero han tenido la suficiente discreción como para quedarse calladitos
(seguramente, alegrándose a la par de no haber sido ellos los destinatarios de
tan singular regalo navideño) y no decir nada.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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