Dentro de la izquierda, convencida de
por sí de estar siempre en posesión de la razón, el grupo de los ecologistas es
uno de los que más suficiencia muestra en sus actuaciones. Para ellos, las
normas no han de ser observadas si son contrarias a sus postulados –ya sea
interrumpiendo una reunión internacional o no respetando la propiedad privada-,
y siempre encuentran público en el progretariado
que jalea sus actuaciones y les defiende.
Sin embargo, la última hazaña de los ecologetas es difícil que
encuentre aplausos (aunque siempre habrá quien les respalde), ya que, para
plantar uno de sus cartelitos, han elegido nada menos que el desierto de Nazca;
en concreto, la zona en la que se encuentran sus famosas líneas, que han resultado dañadas con la performance de esos mamarrachos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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