Los ecologistas
sandía (ya se sabe, verdes por fuera, rojos por dentro) muestran una
actitud de lo más paradójica, defendiendo la vida de los animales por encima de
la de las personas (o de algunas de ellas, al menos). Es como el caso de esos progres de manual, que braman contra la
pena de muerte casi al mismo tiempo que defienden el aborto libre y gratuito,
en un ejercicio de la más pura incoherencia.
Dentro de ese grupito merecen especial mención los
llamados antitaurinos, esos que se
oponen a la Fiesta porque el toro sufre (probablemente lo haga) pero que cuando
un torero sufre una cogida importante se alegran e incluso le desean la muerte.
Subhumanos, habría que llamarlos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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