El
comunismo nació como socialismo científico
(por oposición a sus predecesores los socialistas utópicos: Saint-Simon,
Fourier y Owen). Sin embargo, a efectos prácticos tiene de científico tanto
como la astrología o la homeopatía.
Y la
prueba es que cada vez que se ha llevado a la práctica, han destrozado la
economía del país, por próspero que éste fuese: de Cuba a Corea del Norte,
pasando por la URSS y el (felizmente) extinto bloque soviético. Algunos me
dirán que China no es que se encuentre precisamente en la ruina, pero a ellos
les planteo dos contra objeciones: en China no se aplica un sistema comunista
estricto, sino más bien un capitalismo de Estado… y están montados en una
burbuja inmobiliaria que ríete tú de la de finales de la década pasada en
Occidente.
Ahora,
a pequeña escala, podemos tener lo mismo en España. Como he dicho ya unas
cuantas veces, con el apoyo del PSOE han accedido al poder municipal los neocom… más com que neo, porque
aplican las mismas recetas económicas (esas en las que el remedio es peor que
la enfermedad) que los paleocom:
subir impuestos, subir impuestos y subir impuestos (vamos, más o menos como el
gobierno de Rajoy, pero esta vez siendo coherentes con su ideología). Y como
son así de listos, se lo aplican al turismo, que es prácticamente en lo único
en lo que España es (todavía) competitiva.
Se ve
que consideran que si la tasa ideológica
del pluripartito balear fracasó,
debió ser porque no la aplicaron lo suficiente…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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