Los
secesionistas catalanes tienen por costumbre pasarse por el escroto tanto las
normas jurídicas españolas como las resoluciones de los órganos judiciales
cuando unas u otras no se corresponden con sus intereses, pero no tienen el menor
reparo en acogerse a las primeras o solicitar el amparo de los segundos cuando
creen que ello les puede beneficiar.
Hace
diez días, pedecatos e ierreceos anunciaron una querella contra el juez Llarena –que, a modo de moderno don Rodrigo o Daoiz (o Velarde), parece
ser el único que sostiene a la Patria contra el ataque de quienes quieren
destruirla- por lo que denominaron golpismo
togado.
Sin
poner en duda el conocimiento que de las formas, modos, maneras y técnicas del
golpe de Estado puedan tener esa panda de delincuentes, lo que proponen es,
lisa y llanamente, una necedad. Una sandez. Una tontería. Una estupidez. Una gilipoyez,
por decirlo pronto y mal.
Porque,
vamos a ver… ¿cómo se puede dar un golpe de Estado, togado o en verigüises…
contra un Estado que no es tal?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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