sábado, 21 de abril de 2018

Rojos de vergüenza, deberían estar


Estos últimos diez días, el panorama que ha ofrecido los neocom ha sido tan divertido (para los demás) que da para dos entradas del blog (la segunda, a final de mes).
La cosa comenzó con un pulso –el enésimo- entre Junior y el becario ubicuo. Designado hace tiempo como candidato a candidato comunista a la presidencia de la comunidad autónoma de Madrid, el califa forzó a su ex gran visir a confirmar su candidatura convocando primarias en Mayo. Pero la cosa estaba tan aherrojada que Errejón valoró esquivar el rejonazo (obsérvese el ingenioso juego de palabras), porque el líder omnipotente pretendía imponerle el modelo de primarias.
Así las cosas, el ubicuo valoró no ser candidato; el omnipotente le intentó poner firme con palabras corteses y educadas (ni media tontería, dijo en un alarde de fina oratoria y estrategia política), pero al final acabó reculando y apoyó el modelo de primarias del candidato a candidato. Sin embargo, se guardaba un as en la manga, y así le obligó a llevar de número tres en su lista al especulador inmobiliario hijo del directivo bancario.
Pero el becario también tenía triunfos escondidos, y así colocó de número dos de su lista nada menos que a la concedente de ayudas a las entidades en que se encontraban sus familiares, a la que nunca -pero nunca- dejaría la formación paleocom para pasarse a la neocom, la que compartió confidencias y lecho (es un suponer) con el líder omnímodo, la simpar (y menos mal, porque con dos coo ella…) Tania Sánchez.
A ella le pareció un honor. A su ex, dicen que dijo, le pareció bien. Pero uno casi puede escuchar el ruido de la piedra de amolar resbalando arriba y abajo por las hojas de los cuchillos, allá en Vista Alegre…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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