domingo, 29 de abril de 2018

Qué suerte tenéis, bribones…


En otra época, las escaramuzas (llamarles luchas sería darles una categoría muy por encima de la que las trifulcas entre estos personajillos de medio pelo merecen) en la (principal) formación neocom española habrían terminado con los (aspirantes) perdedores liquidados, no sólo políticamente, sino incluso físicamente. Pero los tiempos avanzan que es una barbaridad, las cosas han cambiado, y así los perdedores no dan pena, sino risa.
Recapitulemos. Resulta que Carolina Descansa planeaba (o eso parece) un asalto a la cúspide morada, aliándose para ello con el becario ubicuo. Pero la cosa fue descubierta a las primeras de cambio, o casi, y todo el mundo de puso de lo más nervioso. Bueno, todos no: hubo una que mantuvo la calma, al menos exteriormente.
Destapado el pastel, el candidato a candidato a presidir la comunidad autónoma de Madrid –cualificación académica para ello tiene: si la recién dimitida presidente obtuvo un máster que no se ganó, el comunista disfrutó de una beca que no trabajó- se desmarcó de su compañera de conspiración, calificando su propuesta de delirante. La cúpula neocom (oh tempora, oh mores) manifestó su esperanza de que Bescansa asumiera su error y dejara el acta de diputada.
Vana esperanza. A la madre por un día ni se le ha pasado por la cabeza dimitir… otra muestra de lo castizos que se han vuelto aquellos que venían a desalojar a la casta. Debe ser que siguen el adagio aquel que dice que si no puedes vencer a tus enemigos, haz lo más posible por parecerte a ellos.
O algo parecido…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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