Los
flirteos entre la extrema izquierda y la extrema derecha o, por decirlo de otra
manera, entre los populismos de uno y otro signo, no son algo infrecuente en la
Historia. Sin ir más lejos, hace ahora algo más de tres cuartos de siglo, dos
de los mayores asesinos en masa que ha conocido la humanidad –el uno con
bigotito, el otro con un poblado mostacho- firmaron un pacto que se probó
falso, pero que arrastró al mundo a la mayor conflagración armada que había
conocido.
Con
la crisis económica de la última década, los populismos han aflorado o se han
robustecido. En el país de la bota, la Liga Norte –ese partido inventor de
Padania, que probablemente por esa concomitancia ideológica ha sido de los
pocos en Europa occidental en apoyar los delirios secesionistas de los
separatistas catalanes- lleva ya tiempo existiendo y consiguiendo resultados
dispares.
Más
reciente es el denominado Movimiento 5 estrellas, liderado por el payaso (lo
digo con ánimo descriptivo –aunque no exactamente ajustado- y no peyorativo)
Beppe Grillo hasta hace no mucho, de tendencia más bien izquierdista (según
Wikipedia, es un movimiento ecologista,anti-euro y parcialmente euroescéptico); lo que en España serían los neocom, aunque con un fundador que, al
menos en apariencia, se toma a sí mismo menos en serio que su contrapartida
hispana.
Recientemente,
parece haberse producido un flirteo entre unos y otros populistas que, según el
titular, ha hecho saltar las alarmas en Bruselas. No es para menos, visto el precedente arriba mencionado…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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